Hace unos días, mi mamá hizo tres años que pasó a un estado de Gracia.
Y yo, no hace ni un mes que he vuelto a ser papá por segunda vez.
Cuántos recuerdos y reflexiones me embargan estos días…
¿Somos agradecidos con la persona que nos dio la Vida…?
Pongámonos un momento en su lugar…, te anuncian que vas a ser mamá…, puede ser buscado y aceptado o por contra inesperado y en peores ocasiones rechazado.
Pero pensemos que nuestra madre en un caso u otro decidió tirar hacia delante.
Su organismo empieza a cambiar, su sistema nervioso, inmunológico y sexual. Su estado de ánimo pasa de la alegría a la sensibilidad más dramática…, a veces atormentada por el miedo, la seguridad y la capacitación si estaré preparada para ello…??? Y así van transcurriendo 9 meses largos, en que el cuerpo le cambia, vómitos, cansancio, piernas hinchadas, lágrimas…, y un largo etc.
Y todo esto, si todo va bien y el «entorno» laboral y familiar acompaña.
Llega el esperado momento…, que en la mayoría de los casos no coincide con el día señalado.
Y entre un dolor intenso, contracciones y miedo…, nace la mayor alegría para una madre, su hijo!!!
Y olvidándose de su dolor…, se hará cargo del nuestro de por Vida.
No todas las madres son iguales, ni todos los hijos son agradecidos.
Pero éste, tal vez, sea el primer escalón de nuestro aprendizaje.
(Sé que una Oda es una composición poética del género lírico, normalmente dividida en estrofas o partes iguales, cuyo tono es generalmente de alabanza…, metafóricamente lo que deberíamos conseguir las madres con sus hijos y viceversa)